Refugios y Futuros, cuando arte y filantropía se unen
"La imagen a menudo tiene más de memoria y más de porvenir que el ser que la mira… ¿Cómo dar cuenta del presente de esta experiencia, de la memoria que convoca, del porvenir que compromete?" Georges Didi Huberman
El pasado 29 de septiembre, tuve el honor de inaugurar, junto a Enrique Cortés, Consejero de Educación de España en México, Carmen Tagüeña, Presidenta del Ateno Español de México y Virginia Roy, comisaria/ curadora, la exposición Futuros y Refugios. Este proyecto lo inicié en Febrero de 2015 en la Casa Hogar de la Niña de Oaxaca. Un orfanato que apoya a niñas que no tienen o no pueden, por diversas razones, vivir en el seno familiar. Ellos hacen la gran labor de aportar cuidado, hogar y educación a niñas "huérfanas", de manera que se les brinda esperanza y recursos para que su futuro sea mejor del que obtendrían si no estuvieran bajo el apoyo de esta institución.
Refugios y Futuros nace con el sueño de ser un proyecto artístico, pero también social, de apoyo al Patronato Pro-Casa del Niño y la Niña de Oaxaca. El dinero recaudado en la venta de fotografías ya se está donando a esta institución.
Desde febrero de 2016, comenzó a ver la luz, con una serie de eventos que nos han dado muchas alegrías: desde su inauguración en el Centro Cultural de España en México, de la mano del Ministro Consejero de la Embajada, el Señor Don Emilio Vilanova y el Consejero Cultural, el Señor Don Carlos Ruiz, hasta el galardón recibido a la imagen principal del proyecto - Juguetes de Verdad - por la reputada Lensculture (Imagen Unica, Exposure Awards 2015), que llevó a las Niñas de Oaxaca, a través de la fotografía, hasta el festival international de fotografía PhotoLondon en Sommerset House el pasado mes de mayo. También parte del proyecto se ha podido ver en la Galería Art Takes Manhattan, en Chelsea.
Les comparto con mucho cariño algunas de las imágenes, así como parte del texto de la curadora, Virgina Roy.
Desde su creación, la imagen fotográfica ha tenido una dimensión difusa de temporalidad. Por un lado, su vinculación natural con el pasado y con el recuerdo la hace un elemento recurrente del archivo y la memoria. Pero a su vez, el hecho de recibirla en el presente nos obliga a interpretarla, leerla y analizarla como un producto cultural.
Refugios y Futuros, de Alejandra López-Zaballa, nos remite justamente a esta relación temporal. La serie presenta las niñas de la casa hogar Patronato Pro-casa del Niño y la Niña de Oaxaca, una realidad social soterrada que la fotógrafa nos trae al encuentro. Perdido en el tiempo, y en la representación, sus imágenes nos transportan a un pasado y presente constante, al mostrar estos espacios de juego y de memoria.
Las fotografías recorren los lugares, sus quehaceres cotidianos, los juegos y los anhelos de estas niñas huérfanas, como una captura de la experiencia y del tiempo en fuga. Son una crónica de la desaparición / aparición y el recuerdo. Porque, como avanzó Barthes, la imagen ha sido pero está siendo; sigue en un presente que se actualiza y que nos interpela de manera intempestiva.
Así, López-Zaballa nos aproxima a una situación social difícilmente manifiesta y nos propone este lugar de confluencia donde los sujetos fotografiados son revelados. Son los otros re-presentados, aquellos que no vemos y que estas fotografías nos hacen presentes. Ya sean retratos individuales o fotografías grupales, reconstruimos su experiencia a través de la narración y fragmentación de las fotografías.
Es sabido que las imágenes no constituyen una realidad objetiva, sino que proponen una interpretación de la misma, una mirada y una intencionalidad. La elección de López-Zaballa es significativa: al abordar el contexto de estas niñas nos confronta con sus relatos y con su realidad.
Pero, más allá del valor testimonial o de denuncia de una problemática social desatendida, la artista nos sensibiliza sobre ella directamente desde los afectos y la espontaneidad. Sus imágenes aluden al abandono y la supervivencia en la orfandad, adentrándose en sus rutinas e ilusiones. Pero también desde la reivindicación de expectativas de futuro. Como dice Victor Hugo, el futuro tiene muchos nombres.
Las fotografías de Alejandra López-Zaballa aparecen como espejo, como un desdoblamiento de la mirada donde vemos y somos vistos como sociedad. Sus imágenes nos impiden olvidar, y nos enfrentan directamente a nuestra memoria y conciencia colectiva. En estos espacios de refugio, la fotografía aparece como agente de visibilidad y garante de la memoria a salvaguardar. Así, siguiendo a Baudelaire, la fotografía opera para salvar “las cosas preciosas cuya forma va a desaparecer y que piden un lugar en los archivos de nuestra memoria”
Y a mi sólo me queda decir: Gracias a estas niñas que me enseñan y dan tanto. Gracias a todas las personas que las están ayudando comprando arte a través del cual les llegan recursos que les permiten soñar con un futuro cuyo nombre es mejor que el original.